¿Cuántas veces Ud. oyó, leyó que Venezuela era un país rico? ¿Acaso Ud. se creyó ese cuento? Abajo discutimos con Ud. por qué toda esa historia ha sido un gran engaño, o bien por propósito o por consecuencia no intencionada. Ud. es hoy aún más dependiente de la limosna redistributiva del Estado; es decir, Ud. ha empobrecido al ritmo que ha colapsado la industria petrolera,
Ud. vivía en la burbuja petrolera, pan de hoy hambre mañana! Recordemos le que todo esto se lo oyó de manera recurrente a quienes han conducido y conducen los oficios de gobierno en los últimos 70 años, cerca de tres generaciones se levantaron con esa ideología, de país rico con un recurso en propiedad del Estado. Sin discriminaciones ideológicas, el discurso de país rico era y sigue siendo un consenso nacional, el cual abarca gremios profesionales, cámaras de empresariales, centros académicos y profesionales en la academia, estudiantes, profesores, todos siguen la misma historia que el petroleo debe seguir bajo propiedad del Estado.
El colmo en esta fatal circunstancia lo llenó el actual gobierno interino, cuyas decisiones y en lo que parece su discurso, y las leyes que en la materia legisla la Asamblea Nacional mantienen la premisa de la conveniencia de mantener la propiedad -difusa- del Estado, y lo hace, al parecer desconociendo, o haciéndose los desentendidos que la crisis y el colapso petrolero, económico y social que actualmente vivimos, se resume en una deuda que PDVSA asumió como suya, emitiendo documentos, bonos, créditos y pasivos, como empresa del Estado, y desconociendo que esa empresa está en debut por no poder pagar su deuda, bajo acción de en tribunales en el mundo por su actividad narco – legitimadora de capitales, y desde luego esta destruida, todo eso bajo la factura del Estado y que el actual gobierno interino continuará promoviendo, dejando de lado este desastre.
Todo este aparente nuevo entorno político lleno de curiosidad e insensibilidad histórica, dado el gobierno interino, escuda el futuro de los venezolanos al Estado Fallido, ente propietario y productor del petróleo, nominalmente, en los hechos hoy produce apenas la cuarta parte de lo que se producía en 1975 fecha cuando se nacionalizó y entró en monopolio estatal la actividad petrolera.
Hasta hoy, y en medio del colapso de la industria petrlera Ud. de golpe descubre que es muy, pero muy pobre. ¿Como conciliar ese discurso de pais rico y de ciudadanos favorecidos por la naturaleza cuando de un día para otro, explota como burbuja, y así, aparentemente de golpe, se encuentra en la calle, tratando de huir a otro pais donde pueda realizar sus sueños, los cuales ahora pueden verificar que un gran consenso nacional ayudo a engañarlo. ¿Cuales serían los móviles y las razones de ese colosal engaño? ¿Consecuencias no intencionadas? Solamente queda una respuesta, discutamos la tragedia de una nación y sus habitantes cuando sus recursos, no producidos por el hombre, estan en poder del Estado, empoderado como administrador ejerciendo derechos de propiedad difusos sobre esos bienes comunes.
El petróleo como recurso, convertido en commodity se establece como una fuente de ingresos al Estado, la política nacional pivotaría en el desarrollo de incentivos e intereses que acompañaría a líderes políticos y sus rebaños de millones de hombre llenos de buena fe esperando el manda para vivir, para redistribuirle algo de esa “riqueza” expresada en dinero con el objetivo que Ud. los siga en su oficio de repartir la renta del recurso. Por alguna razón que explicamos y discutimos adelante, entre la Nación, el Estado, y sus ciudadanos, el petróleo contribuía con un importante ingreso fiscal que durante décadas fue superior al 50% lo que le otorgó un inmenso poder político a quienes administraron el mana petrolero, a cambio de su solidaridad política. .
Se llego al extremo que la moneda se devaluaba, a la industria petrolera se le mantenía su nivel de ingreso más allá de su propia eficiencia, a través del impuesto inflacionario, que hacía posible que los bolivares devaluados quedaran en los bolsillos del ciudadano mientras los dolares a precio reales quedara en mano del negocio petrolero en propiedad y dominio de la produccion y comercialización del commodity.
La transferencia de ese impuesto inflacionario trajo una larga secuela de empobrecimiento, el impuesto a pagar fue siempre mayor que la renta redistribuida aguas abajo via gasto fiscal. ¿Estaría Ud. de acuerdo aligo lector que Ud. ha vivido en medio de una gran tragedia?
En el texto que ofrecemos para su discusión, queremos explicar que fue lo que exactamente pasó, que lo llevó a Ud. a emigrar a otro mundo a buscar un futuro que por alguna razón Ud. considera que Venezuela no es capaz de darlo en los años que vienen. Es obvio que Ud. siente que lo que aparentemente teníamos ya no existe, por lo que esperan más de esta geografía no era como muy sabio. Asi casi seis millones de venezolanos en unos 15 años dejan el pais. No podemos dejar por fuera que en realidad desde 1983, la balanza migratoria muestra números negativos, más los que se van que los que llegan, el bolivar habia dejado de ser aquella moneda fuerte que hizo llegar numerosos grupos de inmigrantes quienes en su mayoría serian grandes contribuidores del progreso nacional
El Estado y los “commons”: derechos de propiedad difusos.
Por definición histórica el Estado venezolano, creado posterior a la independencia, fue declarado constitucionalmente como el dueno de cuanto recurso útil económicamente hablando esas tierras pudieran generar. Cuntas veces oyó que alguien le decía que el petróleo era de la Nación y que como todos somos la nación, ergo, ¿Somos acaso dueños del petróleo?.¿Preferiría Ud. que el petróleo fuese suyo en título y de libre transferencia uso usufructo y disponibilidad? Y ha pensado porqué no lo es, y porque los políticos han luchado para mantenerlo a Ud. lejos del petróleo leyendo u oyendo el cuento que es mejor que sea suyo y el gobierno le sirva una limosna del petróleo y todos seamos ricos. ¿Y hoy, en el vértigo de ese colapso de la industria petrolera, en algún punto de esta historia llego Ud, a pensar el por qué, al final de 100 años de producción de petroleo, todo explotaría como una burbuja que y lo dejaría a Ud. empobrecido con una mano adelante y otra atrás?
Introducción: el conocimiento económico
En estel artículo ensayo tratamos de discutir por qué esas mentiras son en realidad una gran tragedia que sufre todo conglomerado humano que se siente dueño de algo, como Ud. se sentía del petróleo, eso lo oyó durante toda su vida, cuando en realidad no era cierto. El «común» se refiere a los recursos dispuestos por la naturaleza o el propio hombre en disposición de bienes “comunes”, es decir, bienes o recursos que aparecen en el espacio compartido, región, país, Estado, un espacio delimitado o no, legalmente para uso y usufructo de la “comunidad”, pero en los hechos, poseídos por todos, sin derechos de propiedad, en todo caso, en poder del Estado administrados con derechos de propiedad difusos.
Este hecho nos amplía su definición y acción, dado que, en la realidad, los recursos de todos son recursos de nadie, y en muchos casos, por confiscación por parte de un Estado-Gobierno, dado el incentivo fiscal de estos en poder producir renta -fiscal por ser capturada por el Gobierno- de esos recursos que pasan a posesión del Estado/Gobierno, bajo la fuerza y el poder coercitivo que la política los dota. Esta circunstancia político-institucional constituye las base del Estado dueño y propietario y que con relación al petróleo denominamos PetroEstado.
Para esta discusión utilizamos la fuerza argumental axiomática y cierta con abundante evidencia empírica, de la teoría económica, recogida en diferentes áreas que explican la economía política de la apropiación de renta, de los derechos de propiedad y el rol de las instituciones. La Escuela de Chicago y la economía política de los recursos naturales renovables, del selección pública, -Public Choice- y economía constitucional en George Mason University el comportamiento del “capturador de renta” y reglas constitucionales que lo permiten o lo impiden, de la teoría del Estado de T. Hobbs y la economia política de negociación, de la teoría de los derechos de propiedad y el crecimiento económico de Demsetz, para nombrar las fuentes de toda esta realidad socio económica que constituye el uso del conocimiento en la sociedad en la filosofia econóomica, establecida como Escuela Económica Austríaca desde Menger, Von MIses y Hayek.
El uso de la teoria económica
En los párrafos que siguen trabajaremos y discutimos, de una propuesta teórica a otra, como cualquier análisis económico que requiera de la teoría económica para predecir estos fenómenos económicos, y en general cualquier camino que tome un análisis económico, el centro metodológico, lo constituye la teoría económica, y en este caso de la tragedia de los ‘commons’ desde Garret hasta Ostrom.
Esta condición es corriente por recursos particularmente el subsuelo en búsqueda de recursos naturales capaces de generar un ingreso cuyo destino es el Tesoro, el fisco, pero su naturaleza jurídica esa propiedad del subsuelo, genera derechos de propiedad difusos, en virtud que el Estado per se no define propiedad excluyente y se impone derechos de propiedad difusos -que lelvan a la tragedia- como si lo define institucionalmente la propiedad privada.
Esos derechos de propiedad difusos son asumidos en nombre de todos, lo cual le permite crear mecanismos de apropiación de una potencial renta por vías no arbitradas sin compensación social. Por este camino, la presencia del Estado como dueno difuso en el juego económico entre individuos contribuyentes genera externalidades o costos de transacción compartidos con grupos de interés, que como rent seekers, que capturan parte de la renta generada por el recurso a través de esos mecanismos que no generan compensación social. Asi opera el conundrum de la tragedia de los commons, el proceso de depredación es evidente , las economías han sido transformadas en costos de transacción que eventualmente pagarían todos los ciudadanos contribuyentes en ese Estado -pais
En otras palabras, la tragedia de los commons se expresa por un lado en rent seekers que capturan recursos sin arbitraje ni mercado, sino a través de mecanismos desinstitucionalizados de captura de renta radicalmente diferentes a la distribución de beneficios y pérdidas bajo un sistema de instituciones que hacen que la propiedad privada sea el eje de esa distribución de la riqueza, capital y/o trabajo. Como podemos observar después de esta discusión entre ambos esquemas con y sin tragedia, done en el caso de la – “propiedad estatal” se convierte en el eje redistributivo -downstream- a través del gasto público. Es esa actividad redistributiva la que no está normalizada por la sociedad, por el contrario, la asignación de recursos es por lo general bajo el régimen de confiscación, sea o no tributario, y una mala asignación de recursos, un entorno de derroche y corrupción..
La tragedia y los derechos de propiedad, el principio
Asi, los derechos de propiedad constituyen la forma como los individuos organizan el uso, usufructo, disponibilidad de los recursos en su poder para maximizar el valor de sus derechos económicos sobre esos recursos. La propiedad privada y otras organizaciones son el resultado de acciones deliberadas de la gente. En la tradición de Coase, el concepto de las economías de los derechos de propiedad nos ofrece una teoría económica unificada para tratar el consumo, inversión, intercambio, tratando en conjunto lo que por lo general esa formación de derechos y organizaciones aplicadas que la teoría económica tradicional nos ofrece. Las economías de los derechos de propiedad de individuo(s) sobre activo los definimos en adelante como su capacidad para obtener ganancias -lucro- de los activos por consumo, inversión e intercambio.
A este distancia podemos entonces definir al Estado en esta dirección metodológica, que nos muestre la relación entre propiedad definida privada y la propiedad de derechos difusos que el Estado como institución puede ofrecer, -y no un óptimo aun- que dependiendo de las fundaciones del mercado como institución dependerá su relación con el Estado y en el largo plazo, la relación de bienestar individual y colectivo, bajo el uso de los bienes que el Estado -quienes controlan esa enorme máquina de coerción, la política- define poseer, administrar y producir.
En la tradición anglosajona y centroeuropeo, la visión económica del Estado más simple es la de que el Estado/Gobierno que impone el cumplimiento de los contratos y derechos de propiedad y provee bienes públicos como la ley, por ejemplo, seguridad, etc. Podemos observar que en esencia, ello al mismo tiempo trae un serio problema en el rol del Estado, porque con el amplio poder coercitivo, que regularmente posee, para garantizar los derechos del individuo, es muy probable que ese poder coercitivo – y es el caso de Venezuela- sea utilizado – y Venezuela es el magno ejemplo- ejercer ese poder para retener protección y/o confiscar riqueza y propiedad privada, subvirtiendo las fundaciones de una economía que es natural de mercado, convirtiéndose en un Estado que produce bienes utilizando su poder para expropiar recursos y empresas.
Digamos para entrar rápidamente en materia, por ejemplo, que las aguas de riego, lagos, espacios electromagnético, bosques, tierras, subsuelo, etc., trajo un régimen de derechos de propiedad -de todos- en poder de un Estado, es decir, derechos de propiedad difusamente diseñados. Observando ese fenómeno, y ya en el ocaso del feudalismo, Hobbs en su Leviatán, escrito hace más 400 años, ya vislumbraba este caso de los derechos difusos, “el hombre en su estado natural es un salvaje, necesita el “monarca “que le acomode su estancia por estos mundos- Hobbs planteaba esto como ciertamente un “problema”.
La tragedia de los “commons”: el Estado propietario y productor difuso dueño de nada
Con esta compleja discusión y análisis de costo beneficio podemos entrar en el concepto de la tragedia de los commons -de los comunes, de la propiedad que se trata como de todos, es decir, en los hechos de nadie, partiendo de la conceptualización original de Hardin para caracterizar como opera “la tragedia” a lo largo de su evolución dentro de la teoría económica, ese concepto de Garret y que hemos extendido al “problema petrolero de los países donde el recurso es propiedad del Estado con control monopólico.
Recordemos de los primeros párrafos de esta nota, según, el biólogo Hardin, la «tragedia» ocurre como el resultado que todos disponen expresado en la libertad -especie de derecho fatal- para aprovecharse del recurso o del llamado bien común. Ello crea un falso dilema expresado en el uso óptimo de bienes -no necesariamente públicos- pero en la dimensión de bienes explotados por todos, los llamados “bienes comunes”advirtiendo no confundir con bienes públicos. Así podemos entonces generalizar y extender el concepto en términos de teoría económica dirigidos a los recursos denominados naturales renovables o no renovables, pero bajo condiciones indefinidas y difusas de derechos de propiedad, que, bajo el resguardo fiscal, el recurso convertido en commodity, fluye como ingreso al Estado/Gobierno, su “difuso” propietario fiscal,
El objetivo fiscal, por redistribución – con el objetivo de ser redistribuido en bienes comunes y públicos, eventualmente, a todos sus usuarios, o si lo prefiere, llevándolo al margen del concepto, entendiendo margen como económico, en o como propiedad de todos, bienes comunes genera un conocido síndrome que expresamos como la tragedia de los commons, “lo que es de todo es de nadie”, el conundrum del conceto propiedad. Acotemos que, en la condicion de bienes comunes, es disfrutar del uso, usufructo, pero no se dispone ni de la su disponibilidad ni de su exclusión,
Ese es específicamente una de las reglas institucionales que definen los socialismo, y en el caso venezolano, la acotación es crucial porque nos lleva rápidamente a constatar algunas importantes regularidades estadísticas que nos muestran en un periodo largo de historia económica como Venezuela, el país en el Continente ha sido el pais con mayor vocación a sostener el socialismo como manera de vivir.
En Venezuela, por ejemplo, mientras la mayoría de los países en el área buscaba grandes reformas en lo económico, en el sistema de distribución hacia una sociedad capitalista y eliminar las aberraciones administrativas socialistas y políticas -totalitarismo implantado por la via del voto, o la via violenta -si se lo prefiere inconstitucional.- que pudieran despegar la cultura del gran EstadoPor ejemplo, para 1979, después de un fuerte crecimiento del Estado en el total de la economía durante el periodo de la Gran Venezuela, (1973-1978) dado el considerable windfall petrolero del primera parte de la década de los 70’s -léase renta- , el PIB repartía cerca de 2% en propiedad estatal; para 1999 fue el 30% y para 2019 las dos terceras partes (69%).
Estos números hablan de un país que se conduce en sentido contrario a la historia. Hoy Venezuela es un país en ruina, a la intelligentzia nacional le ha costado decadas de atraso cultural comprender que cada 1% del PIB de crecimiento del Estado en la repartición del PIB, pertenece a la sociedad, a el ámbito privado, las dos terceras partes es tomado de la sociedad -privados- y transferido al Estado/Gobierno o por expropiaciones o por crawding out la inversión privada, por impuestos incluyendo el impuesto inflacionario, lo cual ha logrado imponer un proceso de empobrecimiento prácticamente único en el Continente y más allá de esas fronteras en mal llamados países emergentes.
Por ello y en relación a nuestra discusión con el síndrome de la tragedia de los commons en la mano, podeos afirmar que el país con mayor intensidad de ese fenómeno de la propiedad de todos en manos del Estado que es contrario a la propiedad de todos, y que se extiende desde economías en el suelo, en el subsuelo, en el espacio electromagnético, en aguas, electricidad y energía, bosques, y otros espacios referidos como commons el desiderátum encontrado es propiedad del Estado con la premisa falsa -o difusa- de ser una propiedad de todos, el principio de la Tragedia de los Commons, cuyas características, funcionamiento ha impactado negativamente en el nivel del venezolano por décadas.
Hoy embotellados en esa historia no aparecen los reformistas que hayan aprendido que el sistema de vida por décadas es el sistema social y económico escogido, pudiera extenderse largamente, como ha ocurrido en África, en una dimensión de extrema pobreza masiva que inhabilita no solo económicamente sino social y políticamente, para vivir en una sociedad neopatrimonialista y mercantilista por decadas. Veamos en un ejemplo, el camino que la dirigencia política y la intelligentzia -al parecer- escogieron para Venezuela con el consenso diabólico de los venezolanos. está escrito y al pie de la letra el Constitución Bolivariana de 1999 el gobierno en esos años busc eliminar constitucionalmente la propiedad no Estatal, privada. A partir de allí, los derechos de propiedad pasarían a la dimensión fiscal que es como se realiza el recurso convertido en commodity, como ingreso fiscal.
Repásennos el caso del petróleo.. En el área de los hidrocarburos y que se extiende a otros sectores, el artículo 12 es único en el mundo, la mayoría de las Constituciones en el área dejan un hueco abierto para privatizar y entregar al mercado opciones que el gobierno renuncia a ellas, por una sencilla razón, inteligentemente se considera que el gobierno puede ser propietario, mercadear esos derechos ya no difusos sino en propiedad privada y luego dejar que la producción de esos bienes sea arbitrada por el mercado, USA, Inglaterra, Noruega y muchos países en el mundo así lo han preferido, sus presupuestos no dependen del flujo fiscal generado por ese commodity, sino de los impuestos de la gente.
Quienes ya en 1945 pensaban en extender en la inmensidad del tiempo la posibilidad de privilegiar el acceso al flujo fiscal, los revolucionarios del 1945, civiles y militares, Betancourt y Pérez Jiménez pensaban en mantener el ingreso fiscal hasta el término del recurso. El escenario es la astringente dimensión de la tragedia de los comunes la que hoy vemos con la industria que lo produce en ruinas, con grandes dudas que el recurso petrolero que exista en la FPO pueda ser comercializado; es decir, sea competitivo, La caída de la producción, agotamiento físico, decaimiento y declinamiento de la producción no es desde luego únicamente por ineficiencia y corrupción o por desinversión -léase presión fiscal sobre el recurso- de una clase política, es un error esa concepción, pero está muy regada en el grupo de hombres que crecieron con la PDVSA de 1975, convertidos por los hechos desde esos años en grupos de interés particular dentro de la propia corporación petrolera del Estado, por un lado parte del “gran consenso político” y otros acuerdos sobre comportamientos de buscadores de renta -rent seekers, el operador de la tragedia de los commons, y hasta el convencimiento que les permite entre ellos denominarse meritocráticos. Regresemos al título de esta nota.
¿Cómo administramos recursos que parecen pertenecer a todos?
Comencemos con un concepto, derechos de propiedad., Hasta ahora ha dominado la creencia que los recursos que son de todos aparecen en propiedad del Estado y en propiedad de nadie, derechos de propiedad no definidos, difusos. De hecho y de derecho los del segundo orden, océanos mares, ríos, espacio electromagnético, no pertenecen a nadie, sin exceptuar esa franja de mar territorial, y en lo que respecta dentro de las fronteras nacionales, ríos, mares, lagos, espacio, aparecen en casi todo el mundo como recursos del Estado, los que se puedan explotar, lo que varía entre países son los derechos de acceso y los derechos de quienes explotan el subsuelo de su propiedad.
Un caso interesante es la “privatización del mar atunero alrededor de Nueva Zelandia que ha permitido que los neozelandeses tengan acceso a atún a precios competitivos. Hay otros caso son salmones, en USA Canadá y la Gran Bretaña y Escandinavia, Chile, así como el faisán y el ganso en Escocia e Inglaterra, modelo económico capitalista que se extiende por el mundo y ha servido para evitar la perdida de la especie y la depredación de precios por falta de mercados donde estos deben existir, pero que los “socialismos ”detienen.
En este respecto, esos recursos -en marco de potenciales commodities- tienen más presencia política que jurídica, pertenecen ideológicamente a todos, que el canto constitucional, pero esta no paga ni expide cheques ni compra ni vende, de eso se encarga la República a través del gobierno, por lo que los derechos de propiedad que se expresan políticamente son por definición difusos, porque como son “propiedad de todos”, son efectivamente de nadie, no hay expropiación privada, al menos por vía violenta y contra la ley, y que protege la propiedad de cada uno de sus ciudadanos, son poseídos por el Estado, de allí la difusibilidad de sus derechos de propiedad. Esos derechos de propiedad difusos caerían entonces en el marco de lo que referimos como tragedia de los comunes.
En ese sentido ajustamos el concepto de comunes, al expresado en párrafos anteriores, lo cual nos lleva a entender por comunes aquellos bienes del Estado administrados o bien por empresas estatales, como sociedades anónimas, y a disposición por mandato o sin mandato del gobierno para el uso y usufructo de todos, parques, aguas, en todas sus formas, etc., espacios, tierras baldías, etc. La violencia coercitiva del Estado se palma en la constitución, que al final se convierte en un juego político aprobado por todos los ciudadanos de modo coercitiv, porque como potencialmente esos recursos empresas estatales generan recursos monetizados, los incentivos de quienes controlan el Estado y el Gobierno, derechos de autor de la Constitución, irían por la ruta de maximizar ese flujo de ingreso que va al Tesoro, el gobierno de la Republica, ello representa la asimetría económica y rentista que coadyuba la ruina de una industria petrolera en poder del Estado.
La tragedia, el crecimiento económico y “conservar el petróleo”
El concepto inicial de la Tragedia de los Comunes (de Garret se refirió a las reservas de alimentos naturales, recursos energéticos fósiles, mares pertenecen ‘por acción divina’ a todos, sin embargo, no están protegidos por nadie y por ello la protección de esos recursos aparentemente comunes no gozan de la protección legal de individuos ni Estados, tanto en nacional como global, en el planeta. El concepto lato preocupa o define una situación aparente en la cual los recursos del planeta estaban bajo fuerte presión poblacional y llam la atención a crear mecanismos de protección, Garrett parecía estar invocando a las probables limitaciones al crecimiento por escasez de recursos, algo que ideológicamente se planteó en los 70’s como una barrera al crecimiento, es decir, ¡¡el crecimiento económico estaba restringido a bienes o recursos que se agotarían, curiosamente cuando promovían la conservación de esos recursos, una contradicción económica de un resabio ideológico de los científicos del Club de Roma.
El tiempo y el enorme crecimiento y caída de la pobreza mundial desde los sesenta hasta hoy pudo revertir ese supuesto, lo cual llevó a reconsiderar el concepto de comunes, y así mantener la tragedia de los comunes esta vez por déficits de propiedad y derechos de propiedad, es decir, lo que es todos no es de nadie, el concepto de Garrett mutaba en esa dirección, lo cual llevó al mismo Garret a proponer la definición de derechos de propiedad para así diluir la tragedia. Asi la gran creación del descubrimiento de Garret, pudo establecer los mecanismos para evitar y/o salir de la tragedia.
En la década de 1960, el ecologista Garrett Hardin invocó la analogía de un «común» en apoyo de su tesis de que a medida el crecimiento poblacional se mantuviera aumentaría la presión sobre los recursos -naturales- finitos tanto a nivel local como en particular global, con un resultado aparentemente inevitable de sobreexplotación, léase ‘límites al crecimiento’ concepto que la historia demostró que los que promovían esa tesis se equivocaron.
De hecho, JP Pérez Alfonso proclamaba la conservación del petróleo para “futuras generaciones”, un gran error económico de Pérez Alfonso, o quizás una premonición que resultaría y así está demostrado internacionalmente, el recurso en poder del Estado se agota, por una simple razón, en propiedad de los Estados el recurso no es explotado con parámetros económicos naturales de mercado de manera científica, sino para acomodar en su propiedad del Estado mecanismos de captura de un ingreso que se ha maximizado bajo la orientación de un ingreso fiscal, y no sobre el mercado libre, que permite ajustar costos y descuentos para poder enfrentar los ciclos de los recursos que se generan bajo este esquema depredador de maximización de ingreso fiscal.
Como veremos adelante la tesis de JP Perez Alfonso de conservar el petroleo para próximas generaciones. Julian Simon en sus conocido libro “The Ultimate Resource discute una revolución en aquellas cosas que trae Garret en la “tragedia” introduciendo una discusión en teorías y análisis económicos que proporciona una teoría económica concreta acerca de otras discusiones en torno al crecimiento de la población -sobrepoblación- y el aumento del ingreso y crecimiento económico que afecta y coloca excesiva presión sobre los recursos, que otros llamaron en peligro de desaparición, y que por ello era recomendable recortar el ritmo de crecimiento y buscar otro camino.
Simon fue un agudo y tenaz crítico de sas tesis, desarrollando el argumento de la oferta de recursos y desde donde cuestiona seriamente el concepto de no renovables, porque en la economía esa afirmacion no encaja, dada la existencia de instituciones básicas como mercado, precios y eficiencia que limitan severamente la condicion natural de no renovable, un concepto inutil para el analisis economico y en consecuencia para la explotación de esos recursos. De hecho, afirma Simon, «el incremento de los precios de los recursos brinda grandes oportunidades e incentivos para la innovación». Finalmente, “las respuestas innovadoras son tan exitosas que los precios terminan por debajo de lo que eran antes de que ocurriera la escasez”.
El libro también aborda cuestiones oportunas como la supuesta tasa de extinción de especies, la «crisis que ocurriria por una supeusta desaparicion de tierras de cultivo » y el despilfarro del «reciclaje coercitivo» ( tomado del prólogo de la 2da edición de The Ultimate Resource) como una peregrina posición política que deja las decisiones con relación al recurso a los intereses de los grupos que controlan el cuadro político nacional. Todo esa historia que pasa desde la nacionalización del petroleo hasta hoy refleja la gran falacia lógica desde donde JP Pérez Alfonso nos llevanab con su tesis de conservacion del petroleo.
LA crítica de Simon desde luego va dirigida a el mismo concepto de conservación del recurso que mueve el mundo islámico, el Sharia islámico trae una particular aceptación de conservar el recurso, y así fue llevado a la OPEP como doctrina para justificar teológicamente la solicitud e Ala de conservar el recurso de la tierra para las próximas generaciones. En realidad, esta tesis conservadora, es una propuesta en reverso a un quema depredador del recurso dado que este seria entocnes explotado sin la presencia de la racionalidad económica de una sociedad mercantil desarrollada, el capitalismo.
Sharía, la Ley Islámica y el subsuelo: derroche y precios en la conservación del recurso
Con esa especie de “precepto” religioso en el islam, independiente del grado de aceptación de la Ley Islámica como eje central institucional del Estado, estados teocráticos o Repblicas sostenidas igualmente en el marco de la Ley Islámica, coincidió y simpatizó Pérez Alfonso con el approach islámico respecto de los recursos en el subsuelo, de provistos por Aláa y la relación de su dotación y perdurabilidad en el tiempo, para el reparto de las generaciones siguientes. Como en Venezuela, el islam eje religioso de la mayoría de los países del Medio Oriente donde, el Estado – sean monarquías y republicas- tienen la propiedad, por mandato de Al, sobre el subsuelo y sus recursos.
Ese precepto religioso constituye la base de la Ley Islámica, el Sharía, donde derroche conjugado con agotamiento aparecen como “pecados“. En Venezuela privaba y priva un precepto similar que “protege” políticamente y hoy constitucionalmente los recursos del subsuelo como propiedad del Estado; en ese marco religioso institucional nacería la OPEP como todo proyecto islámico sobre los pilares de la Ley Islámica, ela Sharía en la disposición de no entrar en el sistema, según ellos del capitalismo, de derroche y agotamiento dejando fuera de la ecuación de reparto las futuras generaciones.
La relación de esta realidad institucional se presenta de manera diferente desde la óptica de la teoría económica de la tragedia de los commons, ya que la propiedad del Estado se ejerce -en los casos tanto religioso como político, como explicamos arriba en el párrafo, derechos de propiedad difusos que hace que el recurso se administre , si ese fuera el caso, o se explote bajo la premisa de una propiedad de todos o de la “nación” reproduciendo el síndrome, como lo hemos denominado, de la tragedia de los comunes. Con esa referencia volvemos a Garret y Ostrom acotemos que el llamo a este fenómeno “natural la «tragedia de los comunes».
La tragedia de los commons y la presión fiscal del dueño en nombre de todos
Y en nuestro país toda una vida de un recurso en poder y propiedad del Estado y según algunos de la nación -un subterfugio ideológico para esconder su visión totémica del petróleo, debe ser del Estado. Más de un siglo después y con abundante petróleo, no es exagerado que por lo menos los que estan en el cinturón de bituminosos pesado quedaráa mucho en el subsuelo, pero se está agotando con velocidad en el suelo…su producción.
Veamos que la propuesta de Garret explica específicamente que un aumento de la población crea una mayor presión sobre los recursos limitados, lo que pone en peligro la sostenibilidad del propio planeta. El concepto evolucionaría con el tiempo y ganaría trascendencia al reconocerse que mientras un recurso sea explotado bajo la natural racionalidad económicas, si algo está garantizado es su ‘dotación” por siempre. Así llegamos a un estadio donde los recursos de la tierra, en el suelo y en el subsuelo deben estar sometidos a las reglas del mercado para que sea el propio individuo quien defina las limitaciones ambientales, en términos de ganancias y pérdidas, o costo beneficio.
De esa manera, tal cual como Carl Menger pudo resolver la paradoja del agua y el diamante, así ha ocurrido con la “tragedia de los ‘comunes” Si volvemos a traer el caso venezolano podemos sin temor concluir que un recurso del subsuelo como el petróleo en poder del Estado como fuente de ingreso fiscal, explotado bajo el equivalente de maximizar la renta del petróleo, incrementaba sin reglas económicas el ingreso fiscal del recurso, era entocnes el camino de agotamiento de la producción de crudos, aun quedando recurso e inclusive reservas en el subsuelo como recurso disponible, pero inaccesible debido a la presión fiscal en un recurso en declinación bajo el criterio de maximización de renta, y ello independiente, que su costo de producir creciera en la línea que los petróleos pesados y extrapesados aumentaba su peso en el portafolio de recursos petroleros en recurso y en reservas probadas.
Este fenómeno político muestra que el punto de equilibrio -produccion y precios- no estaba en la industria petrolera per se, ni siquiera incluyendo desde 2007, las empresas mixtas, sino en el mecanismo de recortar produccion y así politizar los precios en el club OPEP. Al final la recurrencia fiscal imponía su punto de no-equilibrio e insustentable, la tragedia venezolana que garantizaba dos cosas, que el propio ingreso cayera a una velocidad mayor de lo que se expandía el gasto público independiente de los desvíos de las inversiones que en teoría, deben dirigirse para mantener la gallina poniendo huevos.
Debido a las economías de su explotación bajo racionalidad económica, el precio sube la producción se incrementa, el precio baja, la producción cae, y la tecnología se encargará de reducir los costos de salida al igual que abaratar los costos de entrada. Este proceso de innovación tecnológica es natural del ciclo económico, el objetivo es la disminución de los costos marginales.
Esas son las condiciones económicas básicas que definen el mercado de commodities donde precios y valoración del recurso convertido en reserva se mueve por condiciones de lucro bajo esquemas naturales de propiedad, me refiero a una industria donde los derechos de propiedad privada remitan productividad y rendimiento sobre la base de un esquema incremental que le es natural, repartimos.
La tragedia en Venezuela
En el caso donde tipificamos la tragedia de los commons, de benes declarados comunes, como el petróleo en Venezuela, los incentivos económicos no son los que mueven su realización en el mercado, el Estado a través de la Repblica o el gobierno, su principal, dispone de un principio político ideológico donde el “bien “común se realiza por vía fiscal, el incentivo de realizarlo es en esencia fiscal y esa diferencia es la que señala el reparto del bien común, de todos, por vía redistributiva, subsidios transferencias y gasto público.
En este caso el ciclo de rendimiento está definido por el manejo de la producción, sindicalizada, que permita que los precios sen interferidos por la política buscando maximizar la renta o ingreso, definido fiscal en esta tragedia, lo cual se alcanza manipulando precios, reduciendo producción, reduciendo inversión. La tragedia la define el bien común, y desde luego sus economías se fracturan.
SiI observamos cuidadosamente los eventos ocurridos con el petróleo venezolano desde 1958 a la fecha de hoy podemos establecer claramente el patrón de la tragedia, el petroleo se fue monopolizando en manos del Estado durante ese periodo, y ampliar su fundamentos como recurso común, representado y repartido bajo propiedad estatal difusa sin derechos correctamente definidos, una condicion en la cual durante más de 50 años tanto rentabilidad como productividad son afectadas negativamente por la caída marginal de la productividad del negocio, y precisamente por desinversión de la industria como palanca fundamental para incrementar el ingreso fiscal petrolero.
Asi, ese, fenómeno explica que entre los mecanismos para maximizar el ingreso fiscal petrolero la desinversión en la industria era preferida y ocurría en dos dimensiones; a saber, una primera promoviendo el corte de la produccion para inducir mayor ingreso fiscal, y segundo, desinvirtiendo a contrapelo, desviando esos fondos al crecimiento del Estado empresario. Acotemos que la maximización del ingreso fiscal -léase renta del petroleo- , requerido por la política -gobierno- para incrementar la renta petrolera común, dependiendo de los precios como mecanismo o palanca de maximización del ingreso fiscal petrolero.
Dejemos claro que maximizar renta no es lo mismo que maximizar ganancias o utilidad, la renta se puede maximizar con caída de la producción, tanto relativa como absoluta, ese es el falso dilema creado por los patriarcas petroleros desde 1945, los políticos expresados por Rómulo Betancourt y los seguidores de Perez Alfonso expresados como ingresos fiscales -los cuales son eventualmente politicos- decisiones económicas con sentido fiscal, quienes crearon el esquema conservacionista, que tendría una representación ideológica que la cultura trágica del venezolano, que miraba al petróleo como un exclusivo windfall fiscal que le mejoraría su bienestar por los siglos que puedan venir. Este esquema ideológico sobre el cual descansaban decisiones económicas constituyó el camino que unía el principio con el fin, en periodo relativamente corto de cuatro decadas.
Solo una muestra, con el preaviso de nacionalización anunciado en los sesenta, inmediato a la promulgación de la Constitución de 1961 el incremento marginal de la producción y sus aun menores costos marginales, hizo posible que la producción alcanzara su pico histórico en 1971 de 3.7 millones de BD, y precios relativamente estables, en otras palabras, los concesionarios exprimieron la productividad de sus inversiones, las cuales fueron dosificadas hasta que se anunciaron las leyes nacionalizadoras. Para los concesionarios petroleros era ya un dato que las concesiones petroleras llegarían a un término en el futuro cercano. Sin embargo, el engaño fiscal funcionaba y el cual pudo con el pensamiento económico de Mayobre, una especie de salto atrás, la nacionalización traería una caída en la renta, en la producción, y en el deterioro de la industria, el proceso de descapitalización -el ingreso se fue al fisco y no a reemplazar reservas petroleras,, pese a que el recurso crecía.
El curso de la tragedia de los commons en la Venezuela petrolera
Acá estuvimos en directo el impacto de la tragedia de los commons, desde el mismo inicio de ese ciclo. El error más grande del siglo XX se cometería y la economía le pasaría la respectiva factura en el mediano plazo. La lógica de la tragedia dibujada en estos años, se vio claramente con el intento de retorno de los inversionistas extranjeros para alumbrar un proceso de apertura que complementaba la tragedia ya que el esquema o marco jurídico que define los derechos de propiedad del inversionista en esos ventures, los debilitaba, a tal punto que con la repolitización y constitucionalización del negocio en 1999 con la nuevo rule of law donde se fulminaron finalmente los derechos de propiedad en los ventures con privados y no privados extranjeros dispuso que el nuevo régimen intensificara el modelo de maximización de la renta, ahora bajo objetivos políticos directos de un ingreso petrolero que fue declarado por la constitución como ingreso fiscal a nivel de boca de pozo.
El cuadro de la tragedia estaba completo, el horizonte era definido y la tragedia estaba anunciada. En un artículo que escribí en mi columna del Universal en febrero 2002, discuto la hipó tesis de un gobierno que en realidad no tiene interés en PDVSA, sus planes pasaban por encima de PDVSA, su trabajo lo puede hacer otro. En términos de racionalidad económica llamanos maximización de la ganancia, la cual requiere para ser efectiva derechos de propiedad privada, la condición institucional que garantiza que la racionalidad económica explicada arriba opere sin intervención de la política.
De lo contrario Venezuela es el mejor ejemplo en siglos de la tragedia de los comunes…
Busquemos una analogía explicada no solo por la economía, sino ambientalistas no conducidos por estereotipos ideológicos, el caso del agua. Veamos este ejemplo, el desierto Sahara ha crecido en todas sus fronteras cardinales, la razón la escasez de agua, no la ocasionada por las sequias de la “naturaleza” sino por la mano del hombre que viviendo en condiciones cuasi primitivas no aprendió que la única manera de salvaguardar el recurso de la tierra era sometiéndola a reglas de arbitraje y mercado.
Como el agua era gratis, y el hombre de esas latitudes era alimentado desde los cielos con aviones que dejaban caer alimentos y otras cosas, el hombre pensó que no llovía porque los aviones no traían el agua, la escasez de esta por falta de análisis de costo beneficio destruyo el equilibrio, la fauna y la flora se fueron destruyendo y el agua dejó de caer del cielo, no de los aviones que podrían haberla traído sino enviada por un Dios. Probablemente, los egipcios una cultura superior en sus tiempos dedicaron siglos a sostener la distribución del agua en función de las economías agrícolas de su civilización, y en un parco de esclavitud sobrevivir con agua y alimentara una cultura con un agua distribuida con criterio de escasez.
Esta situación es la que nos trae entonces la tragedia de los comunes, más tragedia por comunes que por explotación racional por parte del mismo hombre, medio ambiental que nunca se pudo crear en un entorno primitivo donde reyecitos tribus, corrupción, y malas políticas, crearon esa condicionad de mundo salvaje donde nada crece de esa tierra.
Una cosa que Hardin pasó por alto es que el proceso político a menudo reproduce la misma dinámica económica que fomenta la tragedia de los comunes – una dinámica fomentada por la capacidad de capturar los beneficios concentrados mientras se dispersan los costos. Al igual que el pastor que tiene un incentivo para sacar aún más un animal para pastar, cada grupo de interés tiene todos los incentivos para buscar beneficios especiales a través del proceso político, mientras dispersa los costos de proporcionar esos beneficios al público en general. Así como ningún pastor tiene un incentivo adecuado para retener al pastoreo de un animal más, ningún grupo de interés tiene un incentivo adecuado para renunciar a su turno para obtener beneficios concentrados a expensas públicas.
Ningún grupo de interés tiene un incentivo adecuado para poner los intereses del todo por delante de los intereses de unos pocos. La lógica de la acción colectiva desalienta las inversiones en políticas públicas sólidas al igual que desalienta las inversiones en una buena administración ecológica. Esto, además de la omnipresencia de la búsqueda de rentas especiales, explica muchas de las fallas de la regulación centralizada. Así, a pesar de las ganancias ambientales de los últimos 50 años, todavía quedan desafíos reales, y la tragedia de los bienes comunes sigue estando con nosotros.
Derechos de propiedad privada y la contención de la tragedia
Como Hardin reconoció, donde los derechos de propiedad están bien definidos y seguros, la tragedia de los bienes comunes es menos probable pues cada propietario tiene un amplio incentivo para actuar como administrador, cuidar el recurso subyacente y evitar su uso excesivo, tanto para ellos como para otros, quienes pueden valorar el recurso subyacente. De esta manera, la institución de los derechos de propiedad «nos impide agotar los recursos positivos de la tierra».
Hardin no era del todo optimista acerca del potencial de los derechos de propiedad para evitar la tragedia de los bienes comunes en muchas áreas porque temía que sería demasiado difícil definir y defender los derechos de propiedad sobre los recursos ecológicos amenazados, en particular contra la amenaza de contaminación. Una cosa es postear y cercar terrenos privados. Otro para demarcar los derechos de propiedad en el aire o el agua. Sin embargo, hay mucho más potencial aquí de lo que comúnmente se realiza. Las tecnologías mejoradas y una mayor comprensión de las condiciones ecológicas hacen posible concebir o derechos de propiedad hoy en día, donde una vez que eran el material de la fantasía ecológica.
La búsqueda de la identificación y ampliación de los derechos de propiedad en los recursos ecológicos será difícil, pero los beneficios potenciales son grandes. Entendemos la importancia de los derechos de propiedad para la prosperidad económica, pero también estamos empezando a entender la importancia de los derechos de propiedad para la sostenibilidad ecológica. Lo que estamos aprendiendo es que donde las instituciones basadas en la propiedad pueden adaptarse a los recursos ecológicos, las prácticas más sostenibles tienden a resultar (y en mi siguiente post daré un ejemplo concreto).
La importancia de los derechos de propiedad para la conservación del medio ambiente no es una idea nueva. Estaba en el centro del movimiento conservacionista americano temprano. Después de todo, fue la institución de los derechos de propiedad lo que permitió a las primeras Sociedades Audubon publicar sus reservas como privadas para proteger a las aves de los cazadores que buscaban recoger sus plumas para los sombreros de damas. Fue la institución de los derechos de propiedad lo que permitió a Rosalie Edge convertir Hawk Mountain de un lugar de caza en un santuario de aves.
Es la institución de los derechos de propiedad la que permite a los fideicomisos de tierras grandes y pequeños, desde la Fundación de la Pradera Americana hasta la Reserva del Oeste para proteger lugares preciosos. La necesidad es seguir avanzando más allá de la propiedad en la tierra y adoptar instituciones de propiedad en una amplia gama de recursos ecológicos para que las instituciones de propiedad uedan tener la oportunidad de tener éxito en aquellas áreas donde la coerción mutua, mutuamente acordado ha fracasado.
La tragedia de los comunes es una teoría económica que explica una cierta situación dentro de un sistema de recursos compartidos y en el que usuarios individuales que actúan independientemente según su propio interés propio -sin que él sea compensado socialmente viavía y mercado, es decir, arbitrados, se comportan en contra del bien común de todos los usuarios al agotar ese recurso a través de su acción colectiva. Se puede concluir de ese análisis de costo beneficio que la carencia de arbitraje y propiedad privada, el mecanismo e depredación explicado en ese párrafo anterior es puesto en ejercicio por inexistencias de las instituciones que establezcan que la relación entre productores y consumidores debe ser arbitrada en un mercado de manera que ello impida una voluntaria y masiva depredación que llevará a economía perversas inducidas, escasez fenómeno que se genera al cerrar el campo a la racionalidad económica.
Es una teoría económica que explica determinado entorno donde los recursos son generalmente del Estado, aunque no necesariamente del Estado, pero protegidos por ejemplo en alta mar y la fauna de atunes, o en propiedad del Estado como el petróleo, y tomo este recurso por lo emblemático para nuestra representación del petroelo en poder del Estado, pero bajo un comportamiento económico depredador como en un commons . Debo aclarar que con la propiedad del petroleo -recurso y luego commodity- convertido en un common bajo “ propiedad de todos” la relación del Estado como depredador, ocurre por el hecho que su produccion no obedece reglas de racionalidad que defina su produccion como un óptimo,
En ese mismo orden el petróleo en propiedad del Estado se le confunde -sin que esto tenga alguna explicación racional o seria- como propiedad de una la nación “ solo porque este el sumun de nacionalidad y nacionales, y por esa exclusiva y excluyente concepto constituya un carácter de propiedad de todos. Este concepto de Nación para evadir olímpicamente enfrentarse el comportamiento depredador del Estado/Gobierno, , siendo este un ente que existe solo en el imaginario de un conglomerado con ciertas características, intereses y esperanzas comunes que nos comportemos como nacionales venezolanos con derecho a compartir con la nación derechos de propiedad inexistentes, dado que Nación ni titulariza propiedad que pueda gozar de uso, usufructo, disponibilidad, y exclusión, como lo hace la propiedad privada..
Así el petróleo seria de la nación ysta de sus habitantes, ergo el petróleo es de sus habitantes, pero falso, sin embargo., el Estado/gobierno asume ese rol representativo y la política, la actividad que muestra el mercado donde los hombres compiten por la representatividad de un determinado grupo y que ello de acceso al “poder” y por lo tanto a admite mostrar lo que es de todos, acá forzamos un poco y podremos extraer el común, (the commons) de algo que es de todos, así existan reglas construidos por unos que actuando como renta seeker, aunque no lo asumen suyo, muestran una licencia para hacerlo. Aunque se nos corre un poco en la analogía, reestablecemos el común, más allá que entre el recurso y nosotros haya o no haya reglas de competir.
El recurso es de todos, el commodity lo confisca el Estado y lo cobra el Tesoro; es decir, la política
Buscar ese común, mediando una organización económica y política como PDVSA una empresa del Estado (de allí la falacia de ‘todos’ para todos) no se pierde la característica de todos, Sin embargo, se establecieron reglas según las cuales, la renta del recurso se redistribuye (no confundir con distribuye) y luego como es -supuestamente- de todos, la redistribución o el reparto se hará en nombre de todos.
Esa fue la técnica inaugurada por Keynes y descrita por el célebre economista italiano, P Shraffa, un intenso estudio del Keynes y su legado, quien se propuso a clarificar la razón del gasto público y su manejo político por parte del gobierno, y así, poder relacionar aquellas cosas de la teoría macroeconómica que aparentemente conectaban a Keynes con Marx. En este orden, el gasto público de Keynes tendría mayor efecto multiplicador que el incentivo de oferta con un Estado más pequeño -y menor gasto público, menor impuestos etc.- y la gente produciendo.
Sin embargo, las cosas bajo ese esquema de reparto, vía gasto público, se irían por el mismo camino redistributivo a quienes en realidad constituyen grupos de interés que actuando en su nombre, sus propios intereses, los lleva a tocar los extremos, maximizar la captura de renta y agotarlo en nombre de todos; así, los commons, los bienes que vieron como un bien común se agotarían a través de su expresión en dinero y un mayor gasto fiscal proveniente de endeudamiento y de impuestos, o cualquier fuente de renta fiscal, como por ejemplo, la generada por los recursos del suelo o subsuelo de “propiedad difusa estatal” en representación de una propiedad de todos, en la tragedia de los commons, o bienes comunes, -no confundir con bienes públicos. En este orden, en su esquema de reproducción, presentada con casi un siglo de distancia por el mismo Marx, en los Grundisse; los parecidos eran interesantes según la visión de Shraffa.
Cualquiera podría concluir que en vista a esa conclusión arriba acotada de Keynes en su justificación de un crecimiento del gasto público que implica deuda e impuestos seria mayor que el ingreso tomado para pagar esa expansión del gasto público sería la misma que aseguraba según los esquemas petroleros de captura de renta desde 1945 hacerlo por renta fiscal petrolera, de un negocio cuya propiedad es el Estado. Esa teoría económica, que ponemos en Marx y Keyes sus ideas sobre el impacto positivo del gasto público, mayor con el Estado/Gobierno capturando directamente a través de sus derechos -aunque difusos- de propiedad sobre el recurso, commodity e ingreso fiscal que generaría la realización de los precios en el mercado internacional.
Agunas conclusiones: El Estado es la tragedia de todos
Ese mecanismo de captura y reparto se genera en la propiedad del Estado cuya fuerza coercitiva fue utilizada para expropiar, nacionalizar y convertirse en parte del juego, dueño y productor, conduce directamente al agotamiento del recurso, los incentivos de producir, trabajar y ganar, lucro, fueron derrotados por los derechos que el Estado con ese inmenso poder coercitivo impuso, como suyos, derechos de propiedad difusos, mal definidos.
Lo que es de todo es de nadie, es realmente lo que expresa la tragedia de los ‘commons’. Lo más normal que un ciudadano conocedor de esas cosas hubiese comprendido sin mayores problemas que el petróleo se comercializaría como ocurre con cualquiera, bajos los mismos parámetros instituciónales y lógica racionalidad económica que ocurriría en condiciones institucionales donde cuando la demanda sube, así lo hará la oferta – producción- en términos de costos e ingresos marginales, en un punto donde el ingreso marginal pague su costo, la producción de petróleo subiría y con ellos sus ingresos.
Eso se corresponde con el proceso natural de maximizar ganancias, que no se materializa en cualquier estadio institucional donde los derechos de propiedad no expresen su racionalizada económica. Un cambio institucional que transfiera los derechos de propiedad a la gente cambiaría el propósito de esos bienes llamados comunes administrados por el Estado como bienes comunes. Con el negocio en el mercado cambiaría su propósito al estar en propiedad no difusa en manos de la gente, individuos y empresas.
Esos propósitos y efectos serian diferentes cuando la empresa es propiedad -difusa- del Estado y aunque para aumentar la renta fiscal, la preferencia en incentivos se dirige hacia limitar la oferta y producción e inversión para sí dejar al Tesoro y el Gobierno con el excedente entre ambas realidades, Acotemos que la diferencia muestra desinversión y descapitalización de la infraestructura de producción y servicios, lo cual se lee como empobrecimiento.
La historia de estos últimos sesenta años nos muestra esa realidad que llevo finalmente la industria a la quiebra y bancarrota y con la expectativa que ese comportamiento del Gobierno y PDVSA haya perjudicado las economías “naturales“ que trae el recurso en su camino a ser commodity. Lo que ha ocurrido en los últimos veinte años nos habla en ese sentido que la procesión dentro de la industria venia inclusive de muchos años inmediato a la nacionalización, en 1974. El objetivo político de nacionalizar en 1975 y el 2007 y 2009 se ejecutó por el mismo horizonte financiero y económico de los que gobernaban desde 1958.
Pero esta cosa tan sencilla en sus economías no era aparentemente conocida por esos sabios de ayer. Por ejemplo, JP Pérez Alfonso mandaba a conservar el estiércol del diablo junto con el petróleo., así habría menos petróleo para derrochar, l olvidaba que fue muchos años ministro del Petróleo. El otro, A Uslar Pietro, mandaba a sembrarlo, aunque era una parábola o una imagen, no expresaba a voz viva lo que debió decir, solo siembra el individuo su propiedad privada, los Estados no siembran, gastan y no crean riqueza, a ésta la crean otros y el Estado los confiscale bien sea con impuestos o expropiando.
Y así siguiendo la lógica racional de un mercado, guiarse por un parámetro económico expresado como maximización de beneficios y no maximización de la renta petrolera, o maximización del ingreso fiscal y que ya sabemos que es lo que ocurre cuando se maximiza la renta del petróleo, un curioso fenómeno no económico donde para obtener mayor renta no hace falta producir competitivamente lo que el mercado pide a precio de equilibrio, sino manipular políticamente los precios, -OPEP- en base a un mito de una ingeniería social y al costo de descapitalizar la industria, subiendo los precios y bajando la inversión, producción, se podría generar más ingreso fiscal apelando solo al cálculo de un acuerdo político y no económico entre los Estados dueños del petróleo y la política, una actividad pública que es financiada por el ingreso fiscal petrolero.
Con el tiempo y nadando literalmente en petróleo, lo que emerge es desinversión, con ello agotamiento y caída de la producción. El punto de camino es la descapitalización, fue lo que administro la empresa del Estado por mandato del Estado y la Republica, estos y la política querían los recursos que la industria no utilizaba por diseño del modelo de captura de renta sobre precios y no sobre economías racionales y rentables.
Eso fue lo que hizo la meritocracia petrolera y la meritocracia política, ejecutivos, dirigentes y grupos de interés provenientes de la política arreglaban la historia, todos para uno, uno para todos, el conflicto de Agente y Principal un asunto que estudia la economía en análisis de contrato y diseño organizacional para una economía donde los individuos capturan riqueza creada por ellos y por otros a través de un mecanismo de compensación social y arbitrado en un mercado, desaparecida en medio de intereses alineados, los de adentro y los de afuera.
Con los años después de la monopolización en el Estado (1975) y de tanto friccionar contra las paredes, se llega al punto y con la lengua afuera buscando rápidamente cambiar el juego y volver al capitalista petróleo internacional para que se meta la mano en el bolsillo e invierta a cambio de recibir una buena parte del negocio, evaluados a precios internacionales.
Al final lo de hoy, la muerte anunciada, y lo de anunciada es un cliché y una verdad, porque la `proyección de esas historia nos traería a este punto de una manera o de la otra, el camino se conocía, la teoría económica así lo hacía, nadie se daba por aludido, todos políticos y ejecutivos y dirigentes del petróleo en su juego experimental de ingeniería social no podía comprender que el ciclo de costos e ingresos marginales tiene un punto en el horizonte en el cual el ingreso se hace menor y los costos se hacen mayores, cae el rendimiento, la utilidad, una ley de la vida.
Esa vieja regla o ley económica, la de los rendimientos decrecientes -de la productividad marginal- lo explica en términos generales, y aplicable a la relación inherente y valida de un costo marginal creciente independiente de los saltos tecnológicos, y un ingreso marginal cayendo, con lo cual el espacio para que la renta del petróleo la diferencia de en términos de costos y gastos y que llamaremos renta por convención, va decreciendo, lo cual induce a que el negocio o pierde sus economías o su dueño, el Estado/Gobierno se desliga de sus ganancias y regalías, suerte de privilegios de la política.
Esto lo conocemos los economistas, unos más que otros dependiendo so su orientación es más a la contabilidad de costos o si por el contrario es el decrecimiento marginal el que define que la utilidad se vaya reduciendo. Y a eso hemos llegado al pervertir reglas económicas universales irrefutablemente ciertas y sustituidas por preceptos de ingeniería social, lo cual es también irrefutablemente cierto que es un camino para que al final el grado de depredación nos saque del mercado. Eso ha ocurrido.
Referencias Bibliográficas
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