La Inflación de Abril, 4.3%, de Enero a Abril, 12.5%, apuntando a más de 50% para finales de año, sin lugar a dudas, una hiperinflación!. Que nos dice ese número ? Que información encierra ? Sencillo, la inflación es estrictamente un fenómeno monetario y político amigo lector, si alguien le dice que la inflación la producen los impuestos, los salarios, los costos diversos, y que tiene carácter inercial, no le crea, no le está diciendo la verdad; esos costos subirán realmente por la presión inflacionaria; la causalidad es exactamente esta, y no al revés!. Todo comienza en un gobierno fiscalmente irresponsable cuyo gasto no está sometido al escrutinio público, ni al contra-balance de los poderes públicos; todos los poderes en la mano del mandatario; a saber, el ejecutivo, el legislativo, el judicial y el llamado poder monetario (BCV), conectados por intereses corporativos políticos bajo el candor de los incentivos del poder absoluto: derroche y corrupción.
Siendo la inflación un fenómeno monetario, como se origina entonces ?. Nace en las entrañas de una conocida relación entre el déficit –fiscal- del gobierno y un Banco Central administrado sin pudor ni responsabilidad y en manos del Tesoro. Veamos. El Presidente Chávez se aseguró de amarrar el Banco Central a sus intereses fiscales en cinco (5) reformas de la Ley del BCV, ejecutadas desde el 2002. Que quería el Presidente ?
No solo su milloncito como él lo repetía en sus peroratas dominicales, sino las impresoras las de tinta y digitales, bajo control del ejecutivo, el Directorio del BCV responsable de esta estampida inflacionaria por comisión y omisión solo cumplía ordenes presidenciales. Y para que lo quería ? Para qué financiara parte del déficit fiscal, es decir, para financiarlo con inflación, con bolívares sin valor, con excepción del papel, la tinta y algo más, pero el pagaba con ilusión monetaria. El Presidente traía una agenda de gasto, la cual no sería financiable ni con el petróleo, ni con impuestos, ni con la colosal deuda que se acumulaba, tanto la del gobierno como la de PDVSA. Su perdurabilidad política dependía del gasto público. La devaluación era un particular mecanismo de apalancamiento, le proveía del impuesto inflacionario.
Si observamos la liquidez monetaria que el BCV crea, veremos que en catorce meses, -Enero 2012 hasta la fecha-, la liquidez se multiplica por dos; sin embargo, en ese mismo periodo las reservas internacionales, fuente básica de liquidez monetaria en una sociedad normal, se mantuvieron en los mismos niveles. De donde salieron 400 mil millones de bolívares hoy en circulación pero con la tercera parte de su poder de compra? De las impresoras del BCV se pagó el impuesto inflacionario, extraído por la caída del poder adquisitivo del bolívar. Las reformas de la Ley del BCV crearon los mecanismos mediantes los cuales el BCV tiraría dinero a calle, literalmente desde un helicóptero, para financiar el déficit del gobierno;
En la calle quedan las consecuencias; la inflación. Hasta acá, muy fácil comprender que la inflación es entonces un fenómeno monetario (BCV) y político (fisco y gobierno); en otras palabras, un impuesto. No entraremos en las técnicas fiscales y monetarias que hacen de la inflación un impuesto en esta nota, lo importante es tomar conciencia que la pérdida del poder adquisitivo del bolívar es trasferida al gobierno en bolívares facilitados por el BCV. Como cualquier impuesto, la inflación es entonces parte del ingreso personal, salarios, renta factorial como poder de compra depredado transferida al gobierno para financiar su déficit fiscal.
Para que se desarrolle una explosión inflacionaria y se alcance el ritmo de una hiperinflación deben cumplirse algunos requisitos fiscales y monetarios devenidos de un entorno institucional de un gobierno sin contrapesos ni balances, es decir, de la irresponsabilidad fiscal del gobierno fundada sobre intereses políticos corporativos; por ejemplo, sostener una matriz de gasto público por condicionales políticos.
Al caer el ingreso fiscal, en esta oportunidad, el petróleo, se crea una crisis fiscal, los ingresos caen, mientras el gasto público no dispone de financiamiento pero si del control de la autoridad monetaria, -responsable de la estabilidad monetaria requisito para una estabilidad de precios. Pero no termina acá. La irresponsabilidad fiscal, causaría otro fenómeno monetario contabilizado en la caída de las reservas internacionales; una crisis de balanza de pagos es el resultado final. La recurrencia es muy sencilla, el gobierno por razones políticas obligo a PDVSA a sostener operaciones de gasto público, y a condicionar pago por petróleo de clientes políticos del gobierno; a saber, Cuba, Petrocaribe y una buena cantidad de acuerdos bilaterales que no representan caja para PDVSA. Así cayó el ingreso de divisas de PDVSA, las ventas de dólares de esta al BCV y el ingreso fiscal petrolero finalmente.
Así se solapan los llamados déficits mellizos, las crisis fiscal y de balanza de pagos, en stricto senso, una crisis de pagos global, ni el fisco ni el BCV poseen medios de pago, el primero en bolívares y el segundo en dólares, no hay reservas internacionales –divisas- para pagar importaciones, servir la deuda ni remunerar al capital, el gobierno raciona los dólares, no tiene; la crisis se presenta y por ello el gobierno maxi devalúa en Febrero, una devaluación del 47%, y con la única subasta en Marzo, volvió a devaluar, esta vez al 100%.
En lo fiscal, no hay bolívares para pagar el gasto del gobierno, el déficit fiscal se disparó a 18% del PIB; si no hay dólares, tampoco hay bolívares, es una regla económica básica que ni Giordani, Merentes ni Maduro parecen desconocer. La lógica del diablo induce entonces al gobierno a ordenar al BCV a crear dinero de la nada, sin respaldo, dinero inflacionario, a servirse de los caminos verdes, por tonterías y desconocimiento o a mansalva por parte de los ministros de la economía que creen que escondiendo precios el mercado se salva de la inflación. Se financia a PDVSA, a la CVG, a Corpoelec, a cualquier empresa pública que toque la ventanilla de atrás del BCV y estos fondos terminan en manos del Tesoro para pagar la cuenta del gasto público.
Esta es una variable política crítica, en el gobierno y en la oposición se piensa que el apoyo político al gobierno depende directamente del gasto público, el del gobierno y el de PDVSA llamado gasto social. Todo este sistema de ingresos y gastos, en dólares y bolívares está colapsado. El viaje de Maduro al Mercosur para hacer un mercado es una muestra patética. El umbral de la hiperinflación está servido y no tiene que ser de tres dígitos, dos dígitos medios sin indexación de contratos produce más daños que una hiperinflación con contratos indexados de tres dígitos.
Como llegamos hasta acá con un petróleo a 100 $/barril? Pues sencillo PDVSA no tiene caja con que pagar el gasto social y capitalizar su industria para producir petróleo, la producción cae, los valores de exportación se vienen de pique, el efectivo no alcanza, la venta de dólares al BCV se reduce considerablemente, las reservas no crecen, y sin reservas tampoco hay bolívares, sino los que son inflacionarios mencionados arriba.
Entre un colapso fiscal y una hiperinflación, no median sino días, y esta fatalidad económica viene acompañada con escasez y está política y socialmente condicionada.