El problema y su solución: petroleo venezolano; desde el lado de la oferta

El conundrum petrolero venezolano no tendrá solución si se insiste en definir el marco jurídico e institucional desde el lado de la demanda, la presencia del Estado propietario del recurso y productor dirigido a debilitar derechos de propiedad de asociados con el Estado a través de un mecanismo jurídico que regula su comportamiento económico bajo la presión fiscal del Gobierno.

Es lo que conocimos en 13 años del fiasco de empresas mixtas fenómeno fracasado pero que la nomenclatura petrolera, roja y azul batallan para mantener la vigencia del PetroEstado, un nuevo experimento de ingeniería social, que manda a mantener el rol del Estado como propietario del recurso -por derechos de propiedad difusos- al cual tendría espacio por razones no económicas, sino como experimento de ingeniería social según el cual Venezuela como “pais petrolero” debe tener una empresa del Estado, ergo el PetroEstado, el mismo que llevo al colapso de la industria petrolera.

Y la falacia lógica del pais petrolero que debe ser dueño de empresa petrolera

Es decir, una empresa del Estado que haría las veces de una conexión fiscal del Gobierno con el petróleo -beneficios y renta- que producirían eventualmente socios nacionales e internacionales del Estado. En otras palabras, esa empresa cubriría el mismo síndrome que arrastro el socialismo creado en la constitución 1999 y en toda la legislación y marco jurídico del ingreso petrolero en forma de renta, convertible a ganancias de los inversionistas socios del y con el Estado.

Es decir, con un argumento como ese, falaz, divorciado totalmente de conocimiento y la teoría económica que podría encontrar en la política contradicciones similares -como Petrocaribe, por ejemplo- para que todos operen en el mercado hoy un ambiente competitivo que se mantiene por la extensión en el tiempo del actual shock de oferta en el mercado, particularmente en USA, el mayor mercado energético del planeta.

La propuesta de una empresa del Estado se esconde en la realidad de una PDVSA quebrada, y por lo tanto habría que ir a la creación de otra empresa del Estado -por cierto, el punto de encuentre en el petroleo de las tesis estatistas tanto de la oposición como del Gobierno; es decir, de ambos gobiernos, en esta Venezuela dibujada en el teatro del absurdo de Ionesco. Esa propuesta de maquillar el actual PetroEstado quebrado, se cubre sin mayores argumentos que sea transversal al negocio petrolero, de ejemplos como Colombia, Brasil, Ecuador, pero deja de lado los grandes ejemplos, los países islámicos miembros de la OPEP.

El esquema del lado de la demanda en poder del Estado dejará el petróleo en el subsuelo; la única solución la tenemos en la creación de un esquema institucional y productivo basado en la propiedad privada que dependerá de dos pilares, eficiencia y competitividad. El paso inmediato viene con el  cambio de las reglas “reglas fiscales”  del PetroEstado como proveedor del recurso, productor bajo el único incentivo de maximizar la renta del petroleo, una política desde el lado de la demanda que ha fracasado grotescamente. Y recrear desde el lado de la oferta, eficiencia, competitividad, emprendimiento y propiedad privada, los pilares de una economía capitalista, de propietarios.

¿Pero que entendemos con economía desde el lado de la oferta? Algunos aspectos desde la teoría económica.

La economía del lado de la oferta es una innovación importante en economía y su teoría económica. Por ejemplo, sé que la política fiscal funciona de manera tal que al cambiar los precios relativos se puede mover la curva de oferta agregada, sin aumentar o reducir la renta disponible que moviendo la curva de demanda agregada.

La economía del lado de la oferta concilió la micro y la macroeconomía haciendo que el análisis de precios relativos fuera la base para una más cercana a la teoría economcia en las decisiones de la macroeconomía. El argumento es sencillo y directo: los precios relativos rigen las decisiones de las personas sobre cómo asignan sus ingresos entre el consumo y el ahorro y cómo asignan su tiempo entre el trabajo y el ocio.

Hay que decir que el término en sí mismo, «economía del lado de la oferta», puede ser una fuente de confusión inicial. Se origina en el contraste deliberado con el enfoque keynesiano prevaleciente que batalla por morir, y que hace hincapié en la necesidad de que el gobierno administre y manipule las políticas fiscales y monetarias para con ellas mover la demanda agregada y así mantener el pleno empleo.

Los economistas del lado de la oferta por el contrario afirmamos que el gobierno no puede realmente llevar a cabo ese oficio acotado en el párrafo anterior sin afectar los niveles de eficiencia, ya que esas políticas por el lado de la demanda impiden a las empresas funcionar -inclusive con un mínimo de interferencia del gobierno- afectando su capacidad para invertir e innovar con el objetivo de crear la demanda necesaria para los bienes que producen.

Veamos algunos ejemplos de esas disruptivas politicas: alza de impuestos y particularmente el impuesto inflacionario, subsidios, transferencias al sector público, regulación de precios, crecimiento de la economía del sector Estado, penalización de la actividad economcia privada, violar derechos de propiedad, salarios mínimos, redistribución del ingreso, etc.

Ciertamente hay una diferencia de perspectiva que encontramos con relación a la teoría económica y su realidad empírica. Veamos algunos detalles; a saber, desde el lado de la oferta se examina la economía desde el mero terreno, donde la economía toma lugar, en el margen, es decir, desde el punto de partida, el empresario, los emprendedores, quienes son identificados como agentes principales, como el principio del mercado y sus incentivos, instituciones y el mecanismo que requieren operar bajo plena libertad en precios y propiedad.

En cambio, desde el lado de la demanda, Keynes y la Ingeniería social, se observa la economía desde lo alto, desde el punto de vista del Gobierno, especie de agente, un deus ex machina, y que, en su omnipresencia, interviene discretamente para preservar un supuesto universo económico fantásticamente armonioso. Ello es un error, dado que se busca inferir que vivimos en un mundo maniqueo en el cual la oferta y la demanda están continuamente en desacuerdo, por lo que siempre estamos pidiendo lealtad a uno contra el otro. En realidad, oferta y demanda, son los dos lados, cara y sello de la misma moneda, que coexisten en la necesidad que no debe haber desequilibrios que lleva a elegir uno contra el otro; en el largo plazo la ecuación es de equilibrio., y como decía JB Say, un clásico francés, toda oferta crea su demanda, el reverso, de idéntica racionalidad..

El cambio de la demanda por la oferta: crecimiento y eficiencia

Sin embargo, cuando uno pasa de un modo de pensamiento puramente analítico-económico a uno político-ideológico —cuando, en resumen, se pasa del análisis económico a la política económica y aun pero cuando esta es sustituida por experimentos de ingeniería social—, la diferencia de perspectiva tanto en el corto como el largo plazo tiene implicaciones significativas.

Naturalmente, la economía del lado de la oferta da lugar a un énfasis en el crecimiento, y no en la redistribución, eficiencia y competitividad, todo en un marco de emprendimiento no necesitara esquemas violentos políticos redistributivos como alzas en los impuestos regulados perversamente para igualar los niveles de ingreso, y que por regla ocasiona perversidades en el sistema económico afectando la institución de la eficiencia y competitividad que hace posible que cada quien obtenga lo que socialmente es compensado previo a ser arbitrado..

Esta diferencia será de grado importante en relación con el análisis de costo beneficio de acuerdo con el funcionamiento del actual modelo de captura de renta por parte del fisco -léase gobierno, que hemos tenido desde 1959 y que ha colapsado con la bancarrota de la industria petrolera.  Mas delante entraremos en nuestra propuesta en relación con el abandono o simplemente fil del modelo de demanda que impone el PetroEstado, dueno y productor de un recurso cuyos derechos de propiedad en manos del estado son difusos, como lo tratamos en detalle y en profundo en nuestro ensayo “La Tragedia de los Commons”

Su objetivo es mejorar las circunstancias económicas de todos a lo largo del tiempo, pero no necesariamente en el mismo grado o en el mismo período de tiempo. La demanda agregada creada por la actividad económica, como se ve desde el lado de la oferta, es indiferente a l “problema de igualdad” . Por consiguiente, su sesgo está a favor de un libre mercado para la actividad económica, ya que esto proporciona los incentivos económicos más poderosos para la inversión, la innovación, competitividad y el crecimiento, consecuencia de los niveles de eficiencia alcanzados en la obtención y asignación de recursos.

Para el lado de la demanda, se pretende la búsqueda de la igualdad” como el factor más importante, pero rechaza el crecimiento económico y por ello el gobierno es clave en la “reestructuración” de esa demanda agregada dejando de lado, la cuestión de los incentivos económicos y la eficiencia no entra en la ecuación.  Un mercado libre sin intervención del gobierno que implique el alza en los costos sociales en la calidad de vida, fundado su trabajo en el convencimiento de que los mercados libres asignan los recursos de manera más eficiente. 2 esta creencia impulsa tanto sus principios económicos como la forma en que ven la política y el llamado orden social.

En ese sentido, visto lo político desde el lado de la oferta se aprecia que los gobiernos, generalmente monotónicos hay que obligarlos a cumplir el requisito de maximizar beneficios, de lo contrario su comportamiento hará crecer la ineficiencia al negarse a la requerida disciplina ajustada a las fuerzas del mercado, – extravagante política fiscal de gasto y endeudamiento y elevación de impuestos politicas dirigidas al crecimiento del Estado.

Pero las cosas son aún más complejas dado la manera como podría operar el mercado político, en manos de los agentes del Gobierno, Estado, ministros, congresantes, judicatura, porque su racionalidad atrofiada por la carencia de instituciones que impongan un debido proceso e independencia entre cuerpos del poder político, y sus agentes en el mercado político, los conduzca a levantar objetivos personales, que, por definición, difieren de los objetivos de la sociedad en general.

La evidencia histórica y las politicas de oferta

La evidencia empírica y la economía de la ley y el Estado de Derechos -rule of law- l, no se puede confiar en que ni los políticos ni los burócratas en posiciones de formulación de políticas actúen eficazmente en interés general, sino se conviertan en agentes de los intereses de grupos. Los costos de asignación de recursos de la falta de ajuste de inflación del sistema tributario dentro de la entrada, que se han tratado ampliamente a medida que las tasas de inflación se han acelerado en la década de 1970, también son bien conocidos.

Por lo tanto, la política fiscal básica del lado de la oferta  no parece ría ser diferente de las opiniones de los “economistas fiscales” que, por motivos de eficiencia, recomiendan la reforma de  la base económica sobre la que se recaudan los impuestos; creación de  exenciones fiscales y otros huecos negros, que emanen señales económicas distorsionantes; sostener el sistema de ingresos y gastos del Gobierno en la progresividad de impuestos así como la imposición de disposiciones fiscales que eluden los tipos impositivos efectivos durante tiempos inflacionarios.

En cierto sentido, la economía del lado de la oferta es tan antigua como la economía misma, si lo que representa es que la eficiencia de la asignación de recursos es un objetivo importante de la política económica y que la asignación de recursos determinada por el mercado es básicamente óptima. A la mayoría de los economistas les resultaría difícil discrepar de su contenido en teoría y en circunstancias normales. Como   clon de la economía clásica y neoclásica, la economía básica del lado de la oferta contiene prescripciones políticas basadas en los supuestos específicos de este último, relacionados en primer lugar, cuál debe ser el papel adecuado del gobierno y, en segundo lugar, cómo se desarrollan los mercados de productos básicos y factores o qué tan bien funcionan.

Pero si todavía alguien puede preguntarse si ambos supuestos son estrictamente válidos en las circunstancias especiales de los países en desarrollo. Por ejemplo, en qué medida se debe aceptar de todo corazón el papel «apropiado» del gobierno implícito en la economía del lado de la oferta (así como en la economía clásica y neoclásica)  que establece que el objetivo principal del gobierno debe ser garantizar una asignación eficiente de los recursos de la economía a través de la iniciativa privada y la empresa y que todas las demás funciones del Estado, como su papel como agente activo de la redistribución de los ingresos o de la estabilización económica o la economía, siempre que entre en conflicto con los primeros, debería tener menor prioridad.

Del mismo modo, ¿en qué medida se debe aceptar la fe fundamental de la economía desde el lado de la oferta (similar al modelo clásico y neoclásico)  que los mercados son capaces de ofrecer niveles «adecuados» de bienes y servicios y que, en aras de lograr el máximo bienestar de la sociedad, los gobiernos deben garantizar  un buen funcionamiento de los mercados libres y disminuir su presencia en los mercados a través de obras públicas y el financiamiento -via impuestos- de bienes y servicios distintos de los bienes públicos esenciales, como la defensa y la seguridad y el rule of law masi como el sol brilla!

Nuestro modelo del lado de la oferta

La solución económica para Venezuela depende de las características que marcan el ejercicio de la política y la cultura del poder de los intereses partidistas por encima de la capacidad de hacer economía del ciudadano venezolano. Así encontramos que, para priorizar institucionalmente el ordenamiento económico, es fundamental que el uso del conocimiento económico en la sociedad, parafraseando a Hayek, acoplemos el diagnóstico en el marco de un análisis de costo beneficio con las soluciones proyectadas para alcanzar rápidamente un crecimiento sostenido.

El conocimiento económico mantiene una estructura cognitiva racional, simple, en medio de la complejidad que expresan la aplicación de políticas dirigidas a eliminar los vicios de la intervención del gobierno hacia lo que precisa la economía requiriendo orgánicamente libertad, derechos de propiedad, mercados libres competitivos e instituciones que permitan el desarrollo basado en emprendimiento del individuo buscando el crecimiento.

Solo de esa manera se podrá reducir en el menor espacio de tiempo el empobrecimiento crónico que domina una sociedad como la Venezuela de hoy. Ese conocimiento está constituido en la base de un acervo teórico y técnico que puede seleccionar un camino dirigido a cumplir las metas del crecimiento sostenido en el tiempo.

Alertamos que este no ocurrirá si el ejercicio de la política se orienta al control de las cosas que el mercado libremente ordena. En un análisis de costo beneficio, en medio de su natural complejidad, es posible divisar con sentido práctico una única ruta de crecimiento, particularmente en un ambiente socio económico que está convencido que el país ha topado el fondo.

La capacidad disruptiva de las politicas desde la demanda explica el empobrecimiento

Sabemos que un universo de este tipo es complejo para la política porque privaran desde sus asuntos del poder público los resabios económicos y políticos que la economía fue cultivado por largos 60 años, el dominio de lo económico por parte de todo el aparato administrativo del Estado que ha logrado en 60 años mover al sector público, estatal las dos terceras parte del aparato productivo incluido capital humano, y dejar al sector privado en algunas áreas minoritarias, con un 12% del PIB.

El resto del sector privado depende de los precios y de la presencia subordinada del Estado en uno 20%. Esa estructura económico institucional es el marco del actual acelerado empobrecimiento; hay que desmontarla. El sector que captura al Estado por votos o por plomo considera sus intereses rentistas como prioritarios, y en las últimas décadas ha apurado la ruta a un Estado con una sociedad que vive en un régimen instituido y constituido de marca neo – patrimonialista.

La matriz de decisiones es sencilla; en primer lugar, aunque no establezco prioridades temporales, en economía se opera de manera conjunta las decisiones destinadas al cambio y reordenamiento institucional, que nos coloque en caminos seguros y eficientes de gobernabilidad: equilibrar el gasto del Estado. Es acá donde encontramos el nudo gordiano, porque detrás del gasto público se esconden la corrupción, la ineficiencia del gasto, irracionalidad en inversiones, pago de la factura del Estado para pagar salarios a un universo de individuos a los cuales se les llevo al servilismo para tender su vida el gasto público en sus salarios de sobrevivencia.

En ese sentido, apartar el Estado de la economía es conditio sine qua non para que emerjan las políticas del lado de la oferta, y no de la demanda del gasto público, cual se adosa para incrementar el tamaño y financiar la ineficiencia del Estado como agente económico, tanto en la producción de bienes como de servicios. El cambio vendría de alejar la demanda del crecimiento, el gasto púbico no podrá por razones físicas, además de las económicas “promover el crecimiento” a los Keynes y Marx, Esa demanda no tiene fuerza, el ingreso fiscal no paga el 50% del actual gasto público, su estructura gasto y financiamiento es hiperinflacionaria, ha alcanzado enormes costos para el ciudadano, hay que entregar la prioridad al mercado.

Eficiencia y competitividad como es ampliamente conocido, traerá nuevos pequeños, medianos y grandes inversionistas, fijémonos entonces en dejar la oferta, soluciones de oferta, y políticas del lado de la oferta como ejes de un incremento sostenido que no debe ser menos del doble de la inflación, una inflación de 2% una tasa de crecimiento sobre 5%, así se ira reduciendo el empobrecimiento extremo que las políticas que se han generado por las distorsiones de ampliar el tamaño de la demanda y la participación del Estado en la economía como dueno de un recurso y cosas pero tambien productor de esas cosas, todas perversiones derivadas de politicas del lado de la demanda, aderezadas por la distorsión redistributiva y la corrupción, sus hijos legítimos.

Incentivos, instituciones y eficiencia

Las políticas de incentivos del lado de la oferta requieren como decisión definitiva comenzar la retirada del Estado de sus viejas costumbres de producir, distribuir bienes y servicios. Con el énfasis en eliminar las regulaciones y el marco jurídico que restringe propiedad y derechos de propiedad, además de eliminar el marco jurídico que se impuesto para penalizar la actividad económica privada, un Estado sin derecho ordenador bajo la Constitución de 1999 y del enjambre de leyes reguladoras y creación de privilegios a organismos del Estado/Gobierno capturados por las clases políticas, un regimen político que hemos sobrevivido desde 1959 hasta hoy.

Es por ello crucial para dar cabida masiva a la generación de una oferta creada por el sector privado, y para ello es inevitable el fomento de la confianza, la variable confianza es vital en el sistema de reestructuración de la economía venezolana, sus instituciones, políticas como las que regulan la actividad económica y llegan hasta su penalización.

De esta manera, todo ese aparato político económico debe desecharse totalmente, independizar del aparato político que controla al Estado las instituciones que velan por los derechos de propiedad, recompuesto con las libertades en los precios y en el mercado como las instituciones básicas de todo crecimiento económico hacia el largo plazo. En otras palabras, la actividad del legislador debe orientarse a desatar los nexos constitucionales redistributivos para darle seguridad y protección jurídica a los derechos de propiedad, es decir, la política del día-día debe alejarse del presupuesto de gastos del gobierno.

Creen Uds. que una matriz de decisiones políticos e institucionales y económicas como las mencionadas arriba puede ser materia de discusión en la actual Asamblea Nacional y en el Gobierno; ¿Es decir, en las del presidente interino J Guaidó y el presidente efectivo ilegitimo, Maduro?

Piense que, si estas consideraciones se mantienen en el largo plazo, Venezuela le espera una secular contracción y una fuerte velocidad de migración hacia mundos más seguros, aunque inciertos del cual los venezolanos hoy tienen, y que se sostienen del discurso político, según el cual Venezuela es un país rico, cosa que ya nadie debe estar dispuesto a creer.

Políticas desde el lado de la oferta: económicas y nuevo diseño institucional.

Salir de ese largo periodo de no crecimiento acompañado de una severa contracción económica en los últimos veinte y cinco años, con un Estado propietario y productor con grado elevado de obesidad mórbida, con cientos de empresas en ruinas, y una deuda que sobrepasa los cien mil millones de dólares, requerirá grandes reformas y un abandono de los prejuicios estatistas de las clases politicas que juegan al Estado grande para dar cabida a su corrupción y mal comportamiento como administradores del Estado. Todo ese disruptivo comportamiento de la política hay que eliminarla si los venezolanos deciden progresar,

El crecimiento económico en los últimos treinta (30) anos es negativo, es hora de llamar a los políticos a un grado de responsabilidad absoluta y comprender que sus malas manas han desbaratado y destruido la nacionalidad. La corrupción en Venezuela es una tragedia de muchas décadas, el Estado se ha consumido el setenta por ciento (70%) de la renta petrolera y allí lo tenemos, el caso de una gran destrucción de un pais, m y los culpables es la política estatista de las clases politicas.

El fracaso del Estado propietario y productor es conocido en la historia antes del, capitalismo no era comparable de la dimensión que muestra su fracaso en estos dos siglos posteriores a la llegada del capitalismo, y tiene un sombre, el socialismo, una especie de karma para Venezuela que ha probado todos los socialismos existentes, desde el tipo socialdemócrata hasta el socialismo centralizado masivamente en los términos del legado de Stalin.

Las lecciones las conoce el venezolano hoy empobrecido, desnutrida su juventud, perdida de altura de los jóvenes menores a 18 años, grandes oleadas migratorias que han constituido una inusual balanza migratoria negativa, naturales de países en guerra o países empobrecidos por el Estado y la corrupción.,

El viejo modelo sin crecimiento económico sustentable por el lado de la demanda.

El orden en que se presentan los temas es aproximadamente el de la cita anterior en el primer párrafo. La economía del lado de la oferta, como aquella teoría económica que centra el eje de las politicas económicas dirigidas a crear incentivos y estímulos en el mercado con el objeto de liberar los mecanismos que pudieran restringir la oferta de bienes y servicios para llevar el eje de esas politicas a expandir y estimular la demanda visiblemente del lado del gasto del gobierno, del gasto público, –impuestos y deudas transferidas desde la economía privada y en ocasiones monetizaciones de los déficits fiscales que se pagan con el impuesto inflacionario– y así trasferir del mercado al Estado el control de los incentivos y estímulos dirigidos a expandir la demanda del gobierno por un mayor gasto público.

Para financiar el gasto publico adicional al que señalaban las condiciones de equilibrio fiscal, emergen nuevos – y elevados-  impuestos, así como el endeudamiento en los mercados de capitales locales e internacionales, obligaciones que en el mediano y largo plazo impone un ritmo de gasto al gobierno que es absorbido por el pago de intereses y nuevos impuestos hasta llegada la crisis de crecimiento por la transferencia del mercado privado al Tesoro el peso de la inversión de un ente en determinadas circunstancias –crisis fiscales y financieras generadas por el crecimiento del Estado– transfiere el peso económico al Estado.

Así se llega a la etapa de las  nacionalizaciones como un supuesto mecanismo de “salida a la crisis de bajo crecimiento”, inflación y perdida de ahorro e inversión privada, en gran parte convertida en una especie de circulo sin salida, con un Estado en condiciones de obesidad mórbida, con elevada deuda, alza de impuestos y el exceso de las regulaciones en el mercado privado, crecimiento del empleo en obras y servicios invertidos por el gobierno y la caída del crecimiento económico de la economía privada, ahogada entre altos impuestos, inflación y elevados intereses, deudas públicas en default natural.

En el caso petrolero venezolano, observamos claramente una situación fiscal del Estado y que expresada a través del gobierno genera situaciones de intensa perversión  e irracionalidad en el manejo de politicas públicas; así, el gobierno obligó por décadas a la industria petrolera a no incrementar la produccion -léase desinversión- y mantenerla en la raya en tres  millones de BD por un periodo de unos cincuenta años.

La aritmética fiscal de los gobiernos se asentaba en la posibilidad de aumentar la renta petrolera sin tener necesidad de invertir para producir sobre  el autolimite de tres millones BD, la renta del petróleo se maximizaba a cuesta de reducir el crecimiento económico privado y con ello descapitalizar a la industria petrolera”; ese fenómeno lo podíamos observar en pleno desarrollo con la nacionalización del petroleo hasta la llegada de la apertura petrolera y volvió nuevamente desde el 2000 y se mantiene hasta hoy hasta que finalmente llega en colapso de la industria petrolera toda. .

Bajo este modelo de captura de renta en la medida que la población crecía y la renta del petróleo caía en términos per-capitas la necesidad de endeudamiento público local y externo presiono las finanzas públicas e incremento el nivel de deuda lo cual llego al gobierno a los defaults de 1983, 1986, 1989, y finalmente 2016. Al término de esas crisis, el colapso de la industria era solo el paso final y así ocurrió.

Este círculo vicioso impide el crecimiento y sobre todo limita los incentivos propios de la produccion eficiente y competitiva que compone el emprendimiento. En el caso venezolano, las pode laofertacomolacreenciageneral de que una nación puede promover mejor el crecimiento económico noinflacionario estimulando la ofertadebienes y servicios enlugar de lademandadeellos.

Las políticas del lado de la oferta incluyen la reducción prominente de las tasas de impuestos marginales, pero pueden extenderse a casi cualquier medida que fortalezca los incentivos privados para trabajar, ahorrar e invertir y propone  invertir la estructura de incentivos y politicas fiscales y monetarias dirigidas a expandir los mercados privados, los cuales se servirán de sus dos grandes incentivos, desregulación y privatización, ajuste fiscales para reducir el tamaño del Estado y así reducir la presión fiscal que apunta en el curso de un bajo crecimiento económico; en adelante la fuera del crecimiento económico se sienta en dos conceptos básicos de una economía sana, el mercado, la eficiencia y competitividad, son el resultado de las acciones en términos de politicas publicas dirigidas a expandir la oferta privada y reducir la demanda del Estado, crecimiento sin inflación.

Si existen los microincentivos  adecuados dice la teoría, la macroeconomía será autosostenible. Porlotanto, la teoríaeconómica del lado de la oferta es tan antigua como la propia profesión de la economía. Las politicas del lado de la oferta se pueden encontrar en las raíces del pensamiento económico de los economistas clásicos de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Las contribuciones de Smith, Ricardo y J.S. Mill se discuten junto con las de Jean Baptista Say, clásico francés el llamdo padre del lado de la oferta, …”toda oferta trae su demanda…”. De hecho, gran parte de la discusión se centra en la Ley de Mercados de Soy, la cual estableceque la producción genera ingresos que a su vez generan demanda de los bienes producidos.

Si esto es cierto, los esfuerzos exitosos para estimular la oferta no requerirán esfuerzos adicionales para estimular la demanda. En la medida que la oferta aumente la demanda crecerá por sí misma impidiendo la acumulación de inventarios y la amenaza de desempleo que la acompaña. En ese orden, la Ley de Soy provoco y aun provoca un gran debate en economía sobre las condiciones necesarias para que se mantenga. Keynes y los que marchan bajo su bandera de sostener la demanda como el mecanismo de pleno empleo e igualdad en el ingreso, desde 1929 han señalado circunstancias en las que el aumento de la oferta no conducirá automáticamente a un aumento de la produccion y según ese rancio keynesianismo se debe  a la existencia de «rigideces de precios» en el mercado de capitales o de trabajo y/o la existencia de una trampa de liquidez en el mercado monetario.. Como es sabido estas críticas no tuvieron la vigencia ni la evidencia empírica requerida.

El modelo de gastos de ingresos, sobre el que descansa la economía del lado de la demanda, se desarrolla de la misma manera que lo haría en un texto introductorio estándar. La noción de que la demanda agregada depende de las decisiones de gasto de los consumidores, inversionistas  y el gobierno y que puede ser deficiente a menos que de alguna manera se «gestione» se presenta con precisión como la piedra angular del punto de vista del lado de la demanda.

 

 

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